Café exprés
Jarabe de Palo
No soy yo. Alguien me contó esta historia. Sin embargo, la voy a escribir en primera persona. Como si todo esto me hubiera ocurrido a mí.
Voy rumbo a mi trabajo. Todavía no termina el Festival Internacional del Volcán que, prácticamente, tiene tomado el centro de nuestra ciudad desde el veintisiete de abril. Es ocho de mayo y ahora se presenta Jarabe de Palo, es el último día, con esto cierra el festival. Como siempre voy tarde. He cumplido mi turno matutino y ahora voy a hacer lo propio en el vespertino. El coche lo dejo estacionado en algún punto de la zona centro de mi amado Colima. El calor de mayo se siente demasiado fuerte. Me toca hallar un espacio cerca de la Pinacoteca de la Universidad de Colima, pienso que he corrido con cierta suerte, aunque todavía es demasiado temprano para que; uno, cierren las calles del centro y; dos, no encuentre libre un espacio. Esto, a las seis de la tarde sería una labor completamente complicada, por no decir que casi casi, imposible.
Veo el reloj y sí, ya voy tarde, pasaditas de las cuatro. Empiezo mi camino hacia abajo, hacia el mero corazón de la ciudad. El escenario que han colocado para los artistas, queda exactamente atrás de las instalaciones de mi oficina. Espero que nadie esté aguardando a que llegue, no voy tan tarde, pero no me gusta llegar así a mi trabajo. Camino por el estacionamiento de pisos del andador Constitución. La gente deambula sí, pero es muy poca la que a esa hora camina por ahí. Claro, con este calor, las personas prefieren refugiarse bajo la sombra de sus casas o en centros comerciales.
Me distraigo un momento con el teléfono celular. Empiezo a caminar desde el inicio del andador. A la distancia veo que alguien desgarbado empieza a caminar. En algún punto nos tenemos que encontrar. Es desgarbado y muy alto. Pero fijo mi vista en el celular porque me ha llegado un mensaje.
El chico alto y desgarbado se acerca. Creo que es Pau Donés, pero no estoy tan segura. Ese tipo siempre me ha gustado. Debería conocerlo mejor. La vista empieza a fallar, aunque creo que siempre me ha fallado. No recuerdo, ahora que lo tengo más cerca, que Pau Donés, el vocalista de Jarabe de Palo sea así. No sé si sea parte de la enfermedad que Pau padece pero este Pau no me parece que lo sea, dudo en acercarme y, aunque va solo, no me animo a hacerlo. Llega el momento de que pasa a mi lado y a veces sí, a veces no, siento que es, siento que no es. Me avergüenzo y camino aprisa para llegar a mi trabajo…
***
Mi marido y yo nos freseamos. Fuimos a ver a Jarabe de Palo desde la terraza El campanario. No nos dimos baño de pueblo. Procuramos llegar a tiempo. Nos fuimos caminando. Ir en vehículo y hallar un lugar para estacionarse era imposible, como nos pasó con Bronco. Como todos los conciertos son gratis, aquello se llena sobre manera.
Al llegar a lo mero alto y, cuando Pau apareció en el escenario lo comprendí todo. Pasé a un lado de él y no me animé a acercarme. No tuve el valor. Disfruté enormemente el concierto acústico. Y me quedaré esperando otra oportunidad de ver y pasar junto a Pau Donés y esta vez, no la dejaré pasar.
*Escritor y editor
Dirección General de Publicaciones
Universidad de Colima