Diurnarius
¿La COPIP, al servicio del Gobernador?
El pasado 15 de abril manifestantes de la caseta de Cuyutlán, agredieron a la reportera de TV Azteca, Fátima Vázquez y a su camarógrafo; en esa ocasión la Comisión General para la Protección Integral de Ejercicio periodístico del estado de Colima (COPIP), actuó con una eficiencia admirable, en cuestión casi de minutos condenó el hecho; a ellos se sumaron con la misma rapidez organizaciones estatales de periodistas y comunicadores, inclusos el vocero del Gobernador reprobó la agresión.
Tras ser condenado el hecho, fue orquestada una campaña de desprestigio en la que se criminalizó a los activistas que han luchado para que la Caseta de Cuyutlán sea retirada de manera definitiva; además de que algunos “periodistas” hicieron un llamado, para que en rechazo a la agresión ningún medio de comunicación o reportero volviera a cubrir las manifestaciones, acción que parecía coherente y solidaria de parte del gremio periodístico, en respaldo a un colega.
Sin embargo, el pasado domingo 27 de mayo, nuevamente fueron agredidos en el mismo lugar (la caseta de Cuyutlán), algunos periodistas, pero esta vez con la diferencia de que no fueron los manifestantes los agresores, sino agentes de la Policía Federal y Estatal; por lo que se esperaba que la COPIP y las asociaciones de periodistas, actuar con la misma eficiencia, rapidez y severidad que lo había hecho un mes antes; pero no fue así, casualmente no le dieron la misma importancia a pesar de que los agresores habían sido funcionarios públicos.
Pero esa no fue la única diferencia, sino que también la manera en que actuó y se comportó la COPIP, ya que tardó más de 24 horas en hacer un pronunciamiento sobre la agresión de la que fueron víctimas, no uno ni dos periodistas, sino más, pero esto no pareció importarle a ninguno de los integrantes de la COPIP, incluso se dieron el lujo de esperar a recibir las quejas de los periodistas agredidos para emitir un posicionamiento; actuar que resulta completamente contradictorio a la postura tomada un mes antes.
Situación que ha generado diversas interrogantes, entre ellas ¿a quién protege la COPIP, al Gobernador o a los periodistas?, ¿por qué la COPIP le da más importancias a una agresión cometida por ciudadanos, que a una cometida por agentes de la Policía Federal en contra de periodistas?, ¿La COPIP está a las órdenes del Gobernador?...., lo único que nos queda claro es que la COPIP resultó ser una decepción; al demostrar que la eficiencia en la protección que brinda a los periodistas, depende de quién es el agresor y quién la víctima.
Me queda claro, que con su actuar los integrantes de la COPIP, han demostrado, que no son dignos de encabezar la Comisión General para la Protección Integral de Ejercicio periodístico del estado de Colima; al haber demostrado en los hecho que carecer de moral, ética, o principios suficientes para desempeñar tan noble responsabilidad; por ello no solo la desconozco a la Comisión, sino como periodista, comunicador, director de un Medio Informativo digital, renuncio a partir de este momento a cualquier derecho de representación y defensa de la COPIP, hasta que sus integrantes no sean electos democráticamente por el gremio periodístico y no designados por el Gobernador de manera unilateral.
Esperemos que por lo menos el presidente de la COPIP, tenga la dignidad y entienda, que está para defender a los periodistas ante cualquier agresión por igual y con la misma eficiencia, y no, para fungir como sicario del gobernador.
miguelinosan@yahoo.com.mx