Vislumbres
DESDÉN. –
Este jueves 7 fue la primera, y creo que única ocasión en que, desde hace poco más de 60 años, un gobierno estatal se olvidó de organizar una ceremonia para conmemorar el Día de la Libertad de Expresión, y sólo se pudo ver a siete muy reconocidos reporteros (entre ellos una mujer) haciendo guardia junto al monumento de Francisco Zarco en el jardín de la colonia Milenio; mientras que en Manzanillo, la noche anterior, uno de los candidatos más lúcidos propició una cena con los periodistas porteños y acá, en Colima, la mera noche del jueves 7, los miembros de la ACPE se reunieron en una asamblea, donde disertaron sobre lo que significa esa libertad y los graves riesgos que se corren cuando, por ejercerla, se publica la verdad sobre lo que hacen los cárteles, o quienes perversamente ejercen el poder político- económico.
He preguntado a compañeros más o menos cercanos, y a dirigentes de algunas organizaciones periodísticas locales si este año recibieron alguna invitación de parte del gobierno estatal para conmemorar esa fecha y reflexionar sobre su trascendencia, pero todos coinciden en que no hubo nada de nada. ¿Qué fue lo que pasó?
Por lo pronto todo esto se interpreta como un desdén de Nacho y su gente hacia periodistas y comunicadores. Un ingrato desdén que desde luego incluye a los periodistas (y a los pseudo-periodistas) que ese mismo gobierno procura tener razonablemente contento$.
Pero viendo las cosas por el lado positivo, prefiero que ya no haya más festejos ni conmemoraciones de la “libertad de expresión” organizados por ningún gobierno. Porque ése es un derecho que nosotros ejercemos a cabalidad aun cuando nos corran, como ha sucedido, de los medios que se jactan de ser “libres”, a sabiendas de que no lo son.
“ESTRUCTURA MATA ENCUESTAS”. -
El miércoles 6, Eruviel Ávila, ex gobernador del Estado de México, y actual vicecoordinador de la coalición que postuló a José Antonio Meade como candidato presidencial, anduvo de gira en Colima, y tras reunirse con los candidatos y la dirigencia estatal del partido tricolor, dio una conferencia de prensa. En la que, respondiendo a la pregunta de por qué ellos se ven tan optimistas sobre el “triunfo de su candidato”, siendo que en todas las encuestas estaba apareciendo en un muy lejano tercer lugar, expresó:
“Hoy después de hacer ésta y otras evaluaciones en algunos estados, yo les puedo confirmar sin duda alguna, que la estructura mata encuesta y que la mejor encuesta es la que vamos a tener el primero de julio”.
Y por si lo anterior todavía fuera muy poco, todavía se atrevió a decir:
“Que quede claro, vamos por cinco de cinco, de eso que no haya la menor duda, vamos por nuestro candidato Pepe Meade y con el resto de los candidatos al Senado, a las diputaciones locales, a las alcaldías, porque todos en equipo vamos a seguir progresando y avanzando en este gran país y en este gran estado”.
Haciendo eco con esto de lo que el propio José Antonio Meade había dicho en su mitin de Manzanillo apenas cuatro días antes, donde “con enorme entusiasmo” expresó que aquí en Colima “tiene mucha esperanza” de que, como en los buenos tiempos del tricolor, se “gane el carro completo”, haciendo una muy buena mancuerna para trabajar en equipo con el gobernador Ignacio Peralta.
El cual, por cierto, sí participó en algunos de los actos de campaña del ciudadano Meade, so pretexto de que eso lo hizo como simple ciudadano, en horas que no eran de trabajo. Tal vez porque, como muchos lo comentan, él no cumple siquiera el horario de la semana inglesa.
TUBA, PALETAS Y UN PASTELITO. –
Y, para alentar o despertar los ánimos caídos de los integrantes de la estructura partidista tricolor a la que aludió Eruviel Ávila, el viernes 8 pasado estuvo también de gira en Colima Rubén Juárez Cisneros, el nuevo presidente nacional del PRI, al que, por su origen acapulqueño y por ser el día de su cumpleaños, la cúpula partidista local le organizó un tour y una pequeña pachanga callejera, llevándoselo, en primera instancia a recorrer un tramo de la calle Acapulco, de la colonia Milenio, en la capital del estado, en donde aparte de brindarle un fresco vaso de tuba y unos tacos de chicharrón, hasta un pastel le sacaron y le cantaron sus mañanitas. Llevándoselo un poco más tarde, a la hora de mayor calor, a Villa de Álvarez, donde lo bajaron de la camioneta en el jardín, para convidarle una tradicional paleta de las que hoy hacen los hijos de Leobardo Dueñas, y llevárselo, de nueva cuenta caminando, por las dos cuadras de la calle Reforma que faltaban para llegar a las oficinas municipales del PRI. Dos cuadras en las que, según los reporteros que dieron fe del acto, el presidente nacional del partido tricolor se fue tocando las puertas y platicó con los vecinos del rumbo, promoviendo la campaña del ciudadano Meade.
Ejemplo del que más tarde haría alusión, recomendándole a sus correligionarios villanos (y de todo el país) a recorrer todas las calles, de todos los pueblos y ciudades del territorio nacional, tocando las puertas como él, para que su candidato pueda triunfar el primer domingo de julio.
¿Cuándo se había visto que un presidente nacional del PRI tuviera que andar realizando semejantes actividades para promover el trabajo de su gente?
Por otro lado, sabemos también que han existido otros espacios en donde de plano ya no se aguantó la quejumbre y les gritó a sus candidatos: “¿Si les da vergüenza decir que son priistas, o promover la candidatura de José Antonio Meade Kuribeña por qué no se inscribieron mejor como independientes?”
Y es que, según hemos podido darnos cuenta por otros informes, muchos de los candidatos que puso la coalición PRI-Verde, tanto en Colima como en otros estados, han podido comprobar que cuando hablan de Meade, reciben una chifladera. Por lo que, deseando salvar sus propias candidaturas, prefieren no hacer mención del candidato de Peña Nieto, y hasta reniegan de las siglas que portan, como en el caso de varios de Manzanillo, quienes de plano mejor se han cobijado con el Partido Verde.
Al cotejar en secuencia las declaraciones de Meade, Ávila y Juárez, hay una frase que me despierta una incómoda sensación: la de que “estructura mata encuestas”, y que su pronunciador completó con un anuncio: “En Colima y en todo el país los priístas saldrán a construir en las casillas el triunfo de José Antonio Meade”. Anuncio extremadamente explícito que, traducido al lenguaje coloquial significa que los mandamases del PRI están dispuestos a hacer todo lo que se tenga que hacer para que su candidato gane. ¿Cómo la ven desdiai?
UNA PROPUESTA SENSATA. –
Pero para que nuestros lectores vean que no sólo le hago críticas a los candidatos del ex partidazo, permítanme comentarles que hace ocho días, Jorge Armando Gaytán Sánchez, joven candidato del PRI-Verde a uno de los distritos locales de Manzanillo, expuso una de las propuestas más sensatas y realistas que se han pronunciado entre las miles que, nada sensatas y menos realistas, han expuesto en su conjunto casi todos los candidatos en sus ansias de ganar más votos: me refiero, no a la construcción, sino a la terminación de una carretera que durante el sexenio anguianista se diseñó para unir las comunidades de las tierras altas de Manzanillo con las de Coquimatlán, en primera instancia, y con la capital del estado en última. Una carretera que, habiendo iniciado como un ramal de la de Manzanillo a Minatitlán, pasa por el Veladero de Camotlán, San José de Lúmber y La Rosa de San José de Lúmber (donde su construcción de detuvo), y que se conectaría, pasando por las rancherías de Piedras Gordas y La Fundición, con Los Colomitos y Pueblo Juarez, en Coquimatlán, y de ahí a Colima. Una carretera, pues, a la que cuando mucho le faltan 12 kilómetros, y que serviría también para conectar la parte más selvática del municipio de Armería con la capital del estado.
En este tenor, aunque no tengo el gusto de conocer a Jorge Armando Gaytán Sánchez, ni puedo votar por él, aplaudo su propuesta porque no sólo iría en bien de la gente de Manzanillo, sino de todos los paisanos que actualmente deben dar muy grandes rodeos para salir o entrar a esa hermosa zona de nuestra entidad. Una carretera, además, que inexplicablemente no ha sido continuada por el gobernador Peralta.
DIVISIONISMO. –
Los ánimos están tan caldeados entre la ciudadanía a propósito de ciertas candidaturas, que ya hemos podido ver hermanos confrontados entre sí, familias divididas a causa de que sus simpatías se orientan a distintos contendientes.
En una sociedad tan pequeña como la nuestra, en donde no es nada raro que alguien se encuentre con sus adversarios en una cenaduría, en una fiesta o hasta en un funeral, lo más sano y prudente tendría que ser no echar lodo a nadie por preferir un candidato o un partido diferente al que el amigo, conocido o simple paisano prefiere. Y mucho menos pelear por una diferencia política.
No por menos he comenzado a ver grupos con cierta madurez que entre sus reglas muy explícitas de convivencia establecen la de no abordar nunca temas de política, religión y futbol, para que no se empañen las amistades.
Por otro lado, aunque se nos caliente la sesera en las horas previas a las elecciones, no se nos olvide que, una vez calmadas las aguas, los candidatos que resulten electos tendrán que ser los gobernantes y los representantes de todos. Así que, ¿para qué pelearse?