Resoluciona
La mentira y la palabra
En términos de propaganda y efecto inmediato la plataforma de ejercer una conciencia desde la mentira es la base para impulsar un resultado.
Y los candidatos a la presidencia con sus discursos dan cuenta de esta valoración donde el uso estratégico de la mentira comunicada mediante la palabra la cual a su vez se expresa con carga simbólica-emocional, sustenta lo que anima el comportamiento del político.
Inmediatez, simulación y maquiavelismo en el sentido vulgar, son el trinomio de lo que encontramos pululando en el ambiente de espacio y tiempo que compartimos.
En los medios como las televisoras se aduce a la necesidad de que se requiere exponer la cuestión técnica-estratégica desde donde los candidatos pretenden dar cabalidad a su propuesta de gobierno, en caso de ser bendecidos por la población.
Menciono lo anterior porque aunque es muy importante (técnica- estrategia) hay una base que solo se usa como expresión para potencializar la persuasión y manipulación de la gente. Esta base lo es la ética.
La ética el desde dónde y el adónde de la política, sin embargo, la ética está prostituida en su máxima expresión, porque en la mente, en la conciencia cotidiana, en el inconsciente colectivo, la ética resulta ser solo un mecanismo de apariencia benevolente y ecuánime presto a la mentira.
Yo no tengo afiliación política hacia un partido o inquietud pero cuando escucho a uno de los candidatos decir que el gasolinazo fue “necesario para no cerrar escuelas y programas sociales…” y luego decir en uno de sus spots (ya con nueva estrategia) que va a terminar con la pobreza, me resulta una posición triste y desencantadora de lo que significa la honestidad, la coherencia, la dignidad humana. Cuando sabemos todo el argumento impositivo maldisfrazado que hay detrás del costo de la gasolina en detrimento de la población. Y de que “terminar con la pobreza” no era en un inicio lema de campaña.
O bien, escuchando a otro candidato en una constante de apelar a inducir al voto hacia él (que parece estar por encima de su partido) mediante la puesta en escena de sembrar y propagar temor, incertidumbre, rechazo, odio que finaliza prometiendo regalos a los campesinos, dinero a todos los ciudadanos, paneles solares a diestra y siniestra así como la absoluta negación de las encuestas siempre sosteniendo una sonrisa que no da cuenta de lo que sus palabras y movimiento corporal expresa.
El luchador social, así ya propagado por los medios convencionales o televisoras, ha sostenido con muy poca claridad el dispositivo técnico-estratégico de su gobierno y le ha dado énfasis a que cualquier asunto de técnica, de estrategia, de iniciativa no tiene significado real, si no se parte de atacar la corrupción reconociendo como ésta se permea desde las altas y anquilosadas estructuras, que la misma ONU reconoce y el ciudadano sufre en términos de caridad social.
Es decir, detrás de cualquier propuesta, reforma, iniciativa está el desde dónde sale la argumentación de un discurso coherente y bien intencionado. El luchador afirma que desde Juárez, Madero y Cárdenas una estructura corrupta se ataca, de arriba hacia abajo y esto en términos de ética e iniciación es correcto.
Desorganizar el sistema para romperlo y empezar desde una plataforma de conciencia diferente la irrigación de que en cualquier acción de gobierno se avoque partiendo de “dejar de ser ratas para dejar de producir pobres” dando ejemplo a la misma población de que podemos vivir sin ser altísimamente corruptos.
En las tres figuras históricas que menciona el luchador podemos advertir un fundamento ético donde el otro sí importa. La cuestión es que no existe una plataforma universitaria que directamente enseñe el ejercicio de la ética que a su vez implica psicológica y terapéuticamente el empezar a reconocer nuestra propia falta o incoherencia personal.
La expresión el sistema te hace corrupto se aplica para quien no se atreve a luchar pacíficamente sosteniéndose en su creencia de benevolencia y ecuanimidad y esté dispuesto a todo.
Yo no sé si será capaz el luchador de permear esta necesidad de respetar la palabra, la congruencia personal de uno mismo hacia sí mismo y el otro porque la filosofía y el intelectualismo no bastan para generar sistemas donde los individuos se avoquen a estudiar, aprender a auto transformarse, lo que sí sé es que la tradición iniciática, que la academia desecha, sí garantizaba el ejercicio, la pragmática de la ética.
En todo sistema cuando alguien percibe diferente y lo va sembrando, el sistema se altera, para bien o para mal y nuestro sistema y vida política-social está colapsada de manera cruel actualmente, requerimos la acción heroica.
No desdeñemos el efecto de lo personal en un sistema, veamos el caso de Trump y su adhesión emocional hacia la discriminación por defender el proyecto del blanco a ultranza afecta las decisiones políticas. Esperemos acá en nuestro México, que el efecto del luchador afecte para ir disolviendo la corrupción. Ya nuestro país no puede perder más petróleo, plata y agua.
*Atención terapéutica, cursos, talleres, conferencias al 3121948753