Diurnarius
Movilización fallida
De acuerdo a cálculos no oficiales, se estima que el pasado 1 de julio, tan solo en el estado de Colima, los distintos partidos políticos que contendieron en la elección, habrían gastado fuera de los topes de campaña, alrededor de 370 millones de pesos, para cambiar la intención de los votantes (compra de votos) y movilizar a sus supuestos simpatizantes e inhibir a los de sus oponentes, antes y durante la elección; estrategia que terminó por ser un desastre, no solo porque perdieron humillantemente la elección sobre todo el PRI y el PAN, sino porque al parecer hasta sus estructuras los traicionaros, votaron en contra de sus candidatos.
Algunos podrían pensar que para un estado como Colima, 370 millones de pesos, sería mucho dinero para que se lo gastaran los partidos en movilizar gente y cambiar la intención de los votantes en una elección; sin embargo cualquier político sabe que hay algunos ayuntamientos y la mayoría en el Congreso del Estado, o simplemente las posiciones Federales valen más que eso, y no por el sueldo y prerrogativas que pueden percibir los que ganan, sino por lo que representa políticamente; Así como el futuro al que aspiraban algunos políticos que ahora tras perder la elección verán frustradas futuras sus aspiraciones, mientras que otros no solo perdieron la elección sino ya no son los que fueron.
Con la elección del pasado 1 de julio, no solo la ciudadanía dio una lección a los partidos políticos y sus candidatos, sino que dejo en claro que la compra de votos, y las dadivas que estaban acostumbrados a dar para convencer a los electores previos al día de la elección, ya no les van a funcionar, las láminas, el pozole, las despensas, las sillas de ruedas, los bultos de cemento, y todo aquellos artículos que los políticos estaban acostumbrados a dar para convencer a la gente de que votará por ellos, se terminó, ahora la gente se burló de los políticos, recibieron todo los que les dieron y les hizo creer que les darían el voto, incluso algunos entregaron sus famosas listas con diez simpatizantes, pero al final hicieron los correcto, la ciudadanía por primera vez se atrevió a votar libremente como nunca en la historia de México había hecho; el resultado de está gran rebelión todos los conocemos, el PRI y el PAN dejaron de ser los grandes partidos y han pasado a ser de la chiquillería, mientras que los llamados minipartidos están a punto de perder su registro, esperemos que el INE, no se tuerza y aplique la Ley como debe de ser, sin privilegios ni consideraciones.
Sin duda, ahora viene uno de los procesos más difíciles para los ganadores de la elección, y es no dejarse corromper por los gobernadores de oposición, ya que es muy probable que lo que no lograron en las urnas, busque tenerlo de otra manera; como es el caso de Colima, en el que no se descarta que una vez más el Gobernador del Estado, José Ignacio Peralta, intente hacerse de la mayoría del Congreso del Estado, como lo hizo con la actual legislatura en la que sutilmente convenció a Nicolás Contreras, Javier Ceballos y Luís Ayala que traicionaran al PAN, para tenerlos de aliados; quizá está nueva legislatura que entrara en funciones en octubre, sufra los embates del Ejecutivo Estatal para dividirlos y seguir gozando de impunidad y haciendo sus lucrativos negocios sin que nadie le estorbe.
Solo esperemos que los nuevos diputados que tendrán en la próxima legislatura la mayoría en el Congreso del Estado, no pierdan piso y aprovechen la oportunidad de servir a la ciudadanía que apostó por un cambio de gobierno y de rumbo para tener un mejor Colima y México.
miguelinosan@yahoo.com.mx