Tarea Política
- José Luís Santana Ochoa
- 4 ago 2018
- 3 Min. de lectura

CONTRASTES
So pretexto de que en el edén tabasqueño nacional en construcción “no se tolerará la corrupción ni la impunidad de nadie, trátese de quien se trate, y que nadie estará por encima de la ley, ni familiares”, nada más el, López Obrador anunció a la ciudad y al mudo la restauración del presidencialismo centralista y omnipotente que gobernará el país a través de procónsules, comisarios o jefes políticos, a quienes bautizó como coordinadores generales de su gobierno en los estados de la República.
Los gobernadores que hace días se reunieron con el presidente electo aceptaron sin hacer gestos el atropello hasta ahorita en grado de tentativa al federalismo porque tienen larguísimas colas que les pise, por eso se pusieron blanditos y cooperando como el de Colima, José Ignacio Peralta, para quien la encerrona de la CONAGO con AMLO “fue una reunión respetuosa, positiva y de respeto a las instituciones en el marco republicano y federalista, tuvimos respuestas muy positivas, fue una reunión muy respetuosa, que destaca el republicanismo y una visión federalista de quien será Presidente de la República a partir del 1º de diciembre de este año”. ¡No pos ‘sí ¡
A diferencia del servil mandatario colimeño, el gobernador electo del vecino estado de Jalisco, Enrique Alfaro Orozco, quien no asistió a la reunión de marras, ve una seria amenaza al federalismo en la intentona golpista de AMLO. “Mi postura es clara: mi relación con el Gobierno de la República será directa con el presidente y con sus secretarios de estado, no habrá en Jalisco autoridades intermedias simplemente porque eso vulnera principios constitucionales básicos y lastima el espirito del Pacto Federal”, ha establecido con claridad y contundencia el gobernador electo de Jalisco, Enrique Alfaro Orozco, en respuesta a la amenaza hecha por el presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, de imponer en las entidades de la República sus propios gobernadores disfrazados de coordinadores generales cuando en realidad serán procónsules, comisarios o jefes políticos que sólo a él obedecerán.
“Aquí (Jalisco) no va a haber ni sometimiento y mucho menos miedo, aquí vamos a gobernar con dignidad, en este estado yo sí espero poner un ejemplo de cómo se debe gobernar con dignidad, de cómo se deben defender los intereses de tu estado ante la Federación, no en un ánimo de confrontación, pero sí en un ánimo de cumplimiento cabal del pacto federal”, expresó Enrique Alfaro Anguiano, quien llamado está a liderar a otros gobernadores hechos y derechos en defensa de los valores republicanos, federalistas y democráticos, no entreguistas y culeros como José Ignacio Peralta.
Y es que el centralista presidente electo también ha tenido la genial idea de enfrentar a los gobernadores que fueron democráticamente elegidos en las urnas con quienes frente a ellos perdieron sus contiendas como Carlos Lomelí Bolaños, Jalisco; y Delfina Gómez, Estado de México, por ejemplo. Así cualquiera se encabrona, menos José Ignacio, Colima, a quien le nombraron a su ex Secretaria de Desarrollo Social y amiga, Indira Vizcaíno Silva, quien tiene pendiente el asunto de Altozano.
Cabe esperar que otros gobernadores electos como los panistas de Guanajuato, Diego Sinhué Rodríguez Vallejo; y Puebla, Martha Erika Alonso Hidalgo; el independiente en funciones de Nuevo León, Jaime “El Bronco” Rodríguez Calderón; y Javier Corral Jurado, Chihuahua, sigan el ejemplo que les ha puesto su colega jalisciense Enrique Alfaro Anguiano al defender sin aspavientos el federalismo que al igual que la división de poderes se encuentra en peligro ante el avasallamiento del presidente electo que ni roba ni miente ni engaña sino todo lo contrario.
También los legisladores federales y el Poder Judicial de la Federación deberán defender con firmeza, valor y decisión, la intromisión indebida del Ejecutivo Federal en sus ámbitos de competencia para que prevalezca la división de poderes consagrada en la Constitución General de la República de la que AMLO, si lo dejan, hará un papalote. Al tiempo.
EL ACABO
¿Hasta cuándo vamos a permitir que Rogelio Humberto Rueda Sánchez, el actual presidente del PRI Estatal en Colima, se siga burlando de la militancia? Se pregunta José Manuel Romero Coello, un militante priista “que empezó desde abajo en la tarea partidista, pegando calcas y acomodando sillas en los eventos”. Él debiera saber la respuesta: Hasta que su amigo José Ignacio Peralta decida correrlo a latigazos, ni antes ni después. ¿O no?
Si hasta los rieles de ferrocarril que son de acero se rajan, cuantimás Rogelio Humberto que es de hueso y carne flaca, por lo que Romero Coello no debe tomar muy en serio el juramente que aquel hizo de ahuecar el ala si al PRI le iba como le fue, peor en 2018 que en 2015.
¿Qué acaso no entendemos o no queremos ver el gran mensaje que nos dieron en las urnas el pasado 1 de julio?, pregunta JMRC. La respuesta a esta pregunta también es obvia: No