Resoluciona

Re-conciliación.

Una de las cosas más interesantes y diferentes, creativas que propone nuestro próximo gobernante es atacar desde su base a la corrupción y sembrar una transformación del país a partir de la re-conciliación, todo esto visto desde la perspectiva histórica y nacionalista que pregona López Obrador.

Es de notar cómo a mucha gente no le cuadra el revelar, exponer y reconocer ante el propio país y el mundo que realmente somos una sociedad altamente corrupta e inclusive mucha gente comenta que la corrupción va a seguir, que eso no se puede desterrar. La gente sigue entendiendo que un cambio en el país es que ahora los pisados y ofendidos sean quienes pisen y ofendan a los antes victimarios. A esto se le llama polarización y a lo largo de las más de 5mil y tantas guerras de la humanidad la polarización solo ha sido un paliativo para descargar dolor y pasarlo a la otra tapa del sandwich. Con lo que sigue generando un campo de resentimiento, odio y ansiedad ya aceptada como una realidad “normal”.

Es decir la capa que anima, que vibra en el ambiente social, en las instituciones, en las relaciones humanas y laborales, en fin, en el entramado social, es un campo de alta ansiedad, temor y culpa. Porque nos aferramos a las formas a las filias y así creamos, “sin querer queriendo” sus opuestos, fobias. Porque no tenemos una cultura de aprender a manejar personalmente nuestras emociones y virtudes.

Ética.

Habitar como país nuestra propia casa es rehabilitarla, limpiarla de este ambiente polarizado, de energías altamente pesadas provocadas por nosotros desde nuestros estados emocionales que expresamos la mayor parte del tiempo inconscientemente y que las materializamos en nuestras acciones cotidianas en diversos espacios, desde la familia, hasta el área laboral. Si no habitamos nuestra propia casa en coherencia entonces siguen los mismos hábitos y patrones que ya los vivimos re-normalizados a manera de única realidad posible: corruptos y divididos.

Lo social y lo espiritual o sutil.

Desde la perspectiva de lo sutil toca a un gobierno generar las condiciones sociales para que sus ciudadanos puedan gozar de un multicolorido cubo de posibilidades donde nuestro ejercicio personal se vea reconfortado por un gobierno que se muestra desde la calidez, la pasión y el brillo que un buen sistema social requiere generar para que sus habitantes perciban lo que antes les parecía imposible. Hablo de esto porque el mundo en general y desde luego nuestra sociedad mexicana está ya habituada, condicionada a un inconsciente colectivo donde uno se avoca como acto reflejo a creer que solo la instrumentación, la técnica, la tecnología, nos sacarán adelante y esto, lamento decir que, no es factible.

La importancia de uno solo.

El generador de un sistema si goza de coherencia en su centro de cómputo, de una orientación, de una intencionalidad, será esta la que irá permeando el funcionamiento del sistema y aquí es cuando nace la necesidad de colocar a la virtud, la búsqueda y responsabilidad de ejercer nuestras empolvadas virtudes para llevar la benevolencia, la determinación, la disciplina y ecuanimidad en cada una de nuestras acciones. Y por lo pronto yo sí percibo al gobernante electo en esta intencionalidad de servir, de reconciliar opuestos de grupos, sociedades, intereses partidistas, intereses de víctimas institucionales y victimados del pueblo mediante la re-conciliación que es dar un paso atrás para ver lo que no hemos querido ver, las grandes diferencias e injusticias en que nuestra sociedad vive y así en este volver a tocar y reconocer nuestra falta como nación que lo es la corrupción, intentar apaciguar las aguas para enseguida intercambiar puntos de vista con la intención de conciliar , de darnos cuenta que para orientarnos al interés nacional de ser una sociedad próspera, coherente se requiere que de arriba hacia abajo o del centro a la periferia se vayan eslabonando estados de ánimo que incitan a reconocer nuestros errores e impulsar aquello que a todos nos conviene. Esto desde el punto de vista social, es la tarea, que vista desde lo sutil tocaría a López Obrador y su equipo para ir generando confianza, que ya se advierte sin entrar formalmente en funciones todavía e inclusive está repercutiendo en la relación peso y dólar. Lo invisible o sutil, es decir la confianza, genera esta empoderación por lo menos momentánea del peso y los mercados; una buena señal ante todavía un nuevo gobierno tras bambalinas.

¿Qué toca a uno como sociedad?

Bueno, esto es lo que toca a un gobierno que se preste de realmente escuchar lo que antes no se escuchaba, de servir, de entrarle al toro por los cuernos, de transformar y esto es dejar el malestar habitual que hemos renormalizado como lo único posible y obligatorio.

Pero a nosotros en lo individual, como personas qué nos toca. El mismo ejercicio ético, la propia transformación de uno mismo para desde nuestra esfera personal influir desde una intencionalidad de apertura, comprensión y de convivencialidad. Esto sin importar lo que en definitiva realmente el gobierno aporte o no. Si es coherente que bueno y si no, uno mismo puede al auto-diseccionarse para ver la propia falta o incongruencia empezar o iniciarse en la propia transformación de nuestro hábitat, nuestra casa personal y desde allí afectar armónicamente el lugar el campo con quienes convivimos.

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