Ágora: Valórate
- Emanuel del Toro
- 15 dic 2018
- 3 Min. de lectura

Valórate, en serio que si no te quieren, no insistas. Que si, que duele que te traicionen, si, que duele que te toque ser el recambio en un juego de turismo emocional de un tipo que no sabe lo que quiere, que duele que un día te digan una cosa y al otro ni de tu nombre se acuerden, si, pero más duele que te mientas a ti misma en la esperanza de ver cambiar a quien no te da tu lugar; más duele que traiciones tu propia dignidad por unas migajas de cariño, que más pronto recibes con dulzura, terminas tragándotelas con el más amargo de los sabores, el del desgano, el hartazgo o la indiferencia; más duele prestarte a jugar contigo misma por ver que quien has decidido querer no te da el lugar que te mereces. No, no, no juegues contigo misma, no ha valido antes la pena, ni lo vale ahora, ni lo valdrá jamás. Libérate de la mediocridad de un vínculo que en vez de hacerte plena, te oprime, esclaviza y enferma. Y si aún sabiendo todo esto no te convence, míralo de esta manera: Tú no tienes la culpa de que aquella persona que has decidido querer no sepa darse cuenta todo lo que eres, no, de eso jamás nadie va tener la culpa; de lo que si vas a ser decididamente responsable si persistes en querer permanecer ahí donde no te respetan, es de permitir que te otorguen un valor muy por debajo de lo que eres. Entonces no habrá como negar lo que quien te maltrata quiere que pienses. ¡Abre los ojos y date cuenta! Y no, no te pido que dejes de tener miedo, ni de dudar o de sentirte vulnerable por aquello de que irá pasar más delante si haces una cosa o la otra, porque la vida es siempre eso, llana y sencilla incertidumbre, cambio y más cambio, hoy estamos, mañana quien sabe, pero algo será siempre innegable: Siempre duele más permanecer a cualquier costa, que atreverse a crecer. Decía mi abuela Anita que uno no tiene la culpa de que dando oro, algunos prefieran baratijas –y si, nomás hay que cuidar que siendo perlas no terminen tasándote a precio de desperdicio. No reina, tu estado civil no puede ser desaprovechada, ni siquiera “es complicado”, como sugieren las redes sociales de hoy, de desaprovechada o es complicado, mejor quédate en una relación contigo misma, donde tu valor sea tan alto que no permitas que cualquier insolente descreído de sí mismo te lleve entre las patas. Lo he dicho antes y lo voy a pensar toda la vida: No hay nada más triste que unos ojos bonitos con boca de tedio abandono y olvido. ¿Qué quiero decir con esto? Si acaso tuvo la desfachatez de leerme hasta aquí, le propongo un sencillo ejercicio, cuando vaya a la calle observe con atención los rostros de las chicas que van pasando y verá que hay muchas, que aún teniendo una mirada por demás hermosa, se les mira su cara desencajada, como si de dos personas diferentes se tratara; de la mitad para la frente es una, de la nariz al mentón es otra totalmente distinta, y se nota porque van por lo general con la boca fruncida, en forma de "u" invertida. Cuando advierto ese gesto, no puedo evitar un dejo de tristeza, porque una vez que se ha llegado al punto de tener el rostro dividido, no está lejos el punto mismo en el que los propios ojos comienzan a perder su brillo. Y lo que es todavía más triste, pueden llegar a pasar años hasta que se dan cuenta. Vaya si lo sabré, he visto tantas veces el rostro de la tristeza, el tedio y el olvido, que nomás de acordarme un dejo de impotencia me hace nudo el estómago.