ALITA: Battle Angel: La última guerrera Crítica

FOTO: 20th Century Fox

ALITA: Battle Angel: La última guerrera CRÍTICA

⭐⭐½

Tenemos ante nosotros una combinación entre dos directores muy distintos. Robert Rodríguez y James Cameron se han unido para traer a los cines un proyecto que llevó años en desarrollo. Rodríguez dirigió cintas como “Mini Espías” y la gran adaptación de “Sin City”; por su parte, Cameron ha dirigido cintas taquilleras como “Terminator”, “Titanic” y “Avatar”. Por un lado, Rodríguez tiene costumbre de presentar películas con tramas ridículas pero extremadamente entretenidas, por el otro lado, Cameron es más detallista en cada aspecto posible, destacando en el apartado de efectos especiales.

Se dice que Guillermo del Toro le recomendó a James Cameron una serie manga llamada GUNNM. Cameron quedó tan fascinado por la historia que decidió adaptarla a la pantalla grande. Pasaron los años y Cameron comenzó a involucrarse en enormes proyectos (entre ellos Avatar) por lo que al final, por falta de tiempo, terminó pasándole el proyecto a Robert Rodríguez; aun así, Cameron no se separó del proyecto, quedando como productor y co-escritor del guion. A pesar de todo el tiempo que tardó esta cinta en hacerse realidad, Alita ofrece un espectáculo visual brillante y magnifico gracias a sus sorprendentes efectos especiales y a sus excelentes secuencias de acción, pero el guion y su trama es tan pobre y tan vacía que toda la cinta termina desmoronándose.

Basada en el manga de Yukito Kishiro, Alita nos cuenta la historia de esta guerrera cyborg interpretada por Rosa Salazar que, debido a los acontecimientos de una guerra, su cuerpo queda totalmente destruido y esparcido en algún lugar desconocido. 300 años después en una sociedad futurista, un doctor cyborg cirujano interpretado por Christoph Waltz encuentra a nuestra protagonista en un depósito de chatarra. El cerebro, rostro y torso de Alita siguen intactos, por lo tanto, el cyborg cirujano decide repararla y unirla a un nuevo cuerpo con características más humanas. Alita sufre de amnesia, no recuerda nada sobre su pasado, empero, lo único que logra recordar son sus habilidades de combate que la hacen imparable. Tan pronto nos enteramos de que Alita se encuentra en una ciudad al estilo “Elysium” llamada “La ciudad de Hierro”, que sirve como fuente de trabajo y energía a Zalem, una ciudad flotante que, según en palabras de los habitantes de la ciudad de hierro, ofrece mejores oportunidades de vida.

Aquí es cuando la trama comienza a tener problemas, pues intentan abarcar varias cosas a la vez provocando que dichas subtramas queden incompletas, sin trasfondo y sin sentido. Por un lado tenemos la historia de Alita y su conflicto personal de descubrir su identidad y su pasado, al mismo tiempo conoce a Hugo (Keean Johnson) el amor de su vida, (típico cliché de James Cameron) y esto le permite torpemente desarrollar el lado más humano de nuestra protagonista. Pero aquí no termina esto, Hugo desea zarpar hacía Zalem, y la única forma de hacerlo de manera legal es convirtiéndose en el mejor jugador de Motorball, esto hace que Alita se introduzca en este “deporte”, ofreciéndonos unas secuencias de acción espectaculares. Pero aún no terminamos con Hugo, pues esconde una oscura identidad que poco a poco se va desarrollando en la trama.

En esta historia tenemos a un villano que todo lo ve llamado Nova, quien tiene el poder de controlar a las personas, en este caso tiene bajo control a Vector, interpretado por Mahershala Ali, que por alguna razón que nunca explican claramente en la cinta, quiere eliminar a Alita. Vector cuenta con el apoyo de una mujer misteriosa interpretada por Jennifer Connelly, sin mencionar que esta mujer tuvo una relación con el doctor que reparó a Alita, y sigo sin hablar de la identidad secreta del doctor o de los villanos secundarios.

Si me preguntas ¿De qué trata Alita? No tengo idea de cómo responderte. Alita está llena de tramas, llena de personajes y muchos conflictos que pasan al mismo tiempo, ninguno de ellos tiene un cierre definitivo, todo queda esparcido por el aire y lo peor es que algunas de estas tramas nunca son entendibles o no tienen sentido alguno. En momentos me puse a analizar el contexto de la cinta, pero simplemente no logré encontrarle lógica, ya que la propia cinta se pierde en un laberinto infinito, y lo más decepcionante de todo esto es el final, que no cierra la trama de esta cinta; en otras palabras, Alita cuenta con un final semiabierto que deja una sensación decepcionante al espectador.

El lado positivo de esta cinta es en lo visual, Alita es un espectáculo maravilloso, mágico y hermoso repleto de secuencias de acción emocionantes gracias a la dirección de Rodríguez. Los efectos especiales están tan bien pulidos y cuidados que olvidas por completo que Alita es un personaje CGI y eso es algo muy positivo para la cinta, pues de cierta manera logra humanizar a su protagonista a pesar de sus errores y tropiezos en el guion. Si tienes intenciones de ver esta cinta, estás obligado a verla en 3D, los colores, la excelente fotografía de Bill Pope y el efecto de tercera dimensión es fascinante, de los mejores que he visto en los últimos años.

Alita es una cinta entretenida gracias a sus escenas de acción, brilla y triunfa en el apartado de efectos especiales, pero a pesar de sus buenas intenciones de intentar humanizar a su protagonista, la cinta cuenta con un guion que se pierde entre sus tramas que terminan por ser inconclusas, provocando que el espectador tenga una sensación de confusión durante las dos horas de duración y salga decepcionado al terminar la función. Probablemente esto hubiera funcionado si la hubieran adaptado en formato de serie para Netflix.