Rocketman Crítica

Foto: Paramount

Rocketman Crítica

⭐⭐⭐½

“Mi nombre es Elton Hércules John, soy un alcohólico, adicto a la cocaína, adicto al sexo, soy bulímico y adicto a las compras”.

Elton –interpretado de manera magnífica por Taron Egerton- entra a una un grupo de terapia psicológica y se presenta con la línea citada. En esa misma escena, segundos antes de que comience el primer número musical, Elton se ve a sí mismo cuando apenas era un niño, ambos personajes se miran fijamente como un espejo, juntos comienzan a cantar mientras salen del edificio para comenzar a bailar una coreografía al estilo de los musicales clásicos de Hollywood. Es así como la cinta nos sumerge en esta historia que combina el drama del biopic con elementos de una cinta musical. Es importante señalar esto, pues la mayor parte de la audiencia irá con la idea de ver lo mismo que la cinta fallida e hipócrita sobre la vida de Freddie Mercury “Bohemian Rhapsody” ya que a pesar de que ambas cintas comparten la misma idea, ambas tienen una dirección y ejecución distinta. Odio hacer la comparación, pero es que es imposible no hacerla y más aún cuando ambas cintas comparten al mismo director. Si tienes la duda: ¿Rocketman es mejor que Bohemian Rhapsody? Mi respuesta es: Si.

Rocketman no solo intenta crear un espectáculo a la hora de narrar la historia, lo más sorprendente es la honestidad y la cierta crudeza con la que muestran los años más oscuros de Elton John, una vida llena de excesos, drogas, alcoholismo y sexo. La valentía del propio Elton – quien es productor de la cinta – de retratar sin pelos en la lengua sus errores, caídas y tropiezos hace que su cinta se sienta real, con personajes que no se sienten caricaturizados o superficiales. Hay una escena de sexo, consumo de drogas y estupefacientes, unas más graficas que otras. Además, esta no es una cinta que intente dramatizar o victimizar al propio Elton, al contrario, intenta mostrar su lado más humano, presentando su llegada al éxito, hasta su caída y recuperación de sus excesos.

Dexter Fletcher junto con su equipo hacen un trabajo increíble con lo visual. Las coreografías acompañadas con la música no solo están ahí para mostrar un festín de colores y encuadres llenos de magia, ambos aspectos funcionan como un elemento narrativo, siempre nos están contando algo, hay una secuencia que simula una orgía de la manera más sutil y artística posible, acompañada de colores rojos, iluminación detallada y específica para cada momento, y unos planos que ayudan a la increíble interpretación de Egerton a mostrar lo que realmente está sintiendo el personaje en esos momentos.

A pesar de la magia en el apartado visual y sonoro, esta no es una cinta perfecta, lo más débil es la fórmula con la que se presenta esta historia, parece que todas las estrellas de la música siguen los mismos pasos cometiendo los mismos errores y todas terminan con un final feliz. Hay escenas en esta cinta biográfica que se sienten sacadas de un guion de Hollywood, esto es entendible, pues a pesar de la sinceridad de Elton en contar todo sobre su vida, hay tramas que pasan a segundo plano de una escena a otra, o conflictos que se solucionan de manera cliché o fantasiosa. No obstante, al final Rocketman es una cinta que funciona tanto para la gente que no es fan de Elton John – mi caso – como para aquellos fanáticos que quieren conocer un poco más sobre la vida de su ídolo.

Esto es lo que Bohemian Rhapsody debió haber sido, Rocketman es una cinta que deja a lado lo superficial o el miedo de manchar la imagen de su artista, le recuerda a la audiencia que las leyendas de la música también son seres humanos que cometen errores, aman, lloran, ríen, sufren y tienen momentos de dolor y gloria durante toda su vida.