Bitácora de Marly: Un cambio de piel para sobrevivir

Un cambio de piel para sobrevivir

Daniela Tarazona (Ciudad de México, 1973) es escritora y ensayista. Publicó su primera novela en el 2008, estamos hablando de El animal sobre la piedra, considerada dentro del género de literatura fantástica por Álvaro Enrigue, uno de sus primeros lectores. El texto presentado es una fragmentación del diario de Irma, quien escribe su testimonio sobre la transformación que sufre su cuerpo. Recordándonos a La metamorfosis de Franz Kafka: “Al despertar Gregorio Samsa una mañana, después de un sueño agitado, se encontró en su cama transformado en un monstruoso insecto” (p. 13).

El animal sobre la piedra comienza con las siguientes líneas: “Mi casa fue el territorio de un suceso extraordinario. Después de la muerte de mi madre un gato de color gris entró a mi cuarto y orinó bajo mi cama” (p. 11). Entonces, de entrada sabemos que hay una ausencia en la vida de la protagonista, de la cual tendrá que recuperarse.

Irma viaja a la playa para escapar de su realidad. Así que, página tras página caminamos a la par con la mujer en su peregrinaje hacia su adaptación animal. Conforme avanzamos en la lectura, una pregunta retumba en nuestra mente: “¿En qué especie de reptil se está transformando?”. La autora no nos da una respuesta concreta, sólo nos concede unos cuantos detalles del físico de la mujer-animal. La Editorial Almadía, en su sinopsis, cuestiona: “[…] ¿el diario de la protagonista señala el origen de una nueva especie o el camino a la locura? y, ¿podría sobrevivir en este mundo un monstruo aquejado por la fragilidad emocional de los seres humanos?”.

La transformación de mujer a reptil parece que es una herencia generacional, Irma revisa un álbum, observa una foto que la tenía inquieta. La mujer expresa:

la mano derecha de mi hermana, apoyada sobre la cama, que ella intentaba esconder al ser fotografiada, sobresale entre los pliegues del edredón: la mano tiene un color distinto al de su cara. Allí está. Mi hermana empezaba a convertirse en otra cosa y quiso evitarlo (p. 78).

Un hombre y su mascota, un oso hormiguero, son los testigos de la evolución de Irma. Ella se refiere al primero como “mi compañero”, mientras que al segundo como “Lisandro”. ¿Decadencia? Cierto día salen los tres de paseo, un hombre mayor que los ve, dice:

“Estamos en decadencia” (p. 59). Irma reflexiona sobre la imagen que transmiten y llega a la siguiente conclusión:

Yo creo que la gente se ofende al ver que tenemos un oso hormiguero como mascota. Mi compañero lo considera un animal doméstico, puede ser que la ofensa venga de ese hecho: de tener como mascota a un animal tan poco doméstico. Lo mismo soy yo: una mujer pero de otra especie (p. 59).

El hombre es una parte fundamental de la historia porque él escribe parte del testimonio de Irma. Mientras ella asimila sus nuevas cualidades de mujer-reptil, tiene que aceptar que está perdiendo las capacidades del ser humano: “Mis extremidades delanteras son capaces de andar por las paredes de roca –lo hice ayer– pero no consigo realizar tareas que requieran detalles o precisión” (p. 123).

Tarazona nos pone a prueba como lectores ante su texto. La historia que nos entrega la autora es conjeturada desde el mundo onírico del personaje femenino. Su piel de animal es lo que necesita para aceptar la muerte de un ser querido, por lo que, la piel es metáfora de supervivencia. Los lectores son testigo del rol de maternidad que mantiene en vigilia a la mujer-animal. Soledad. Locura. Manicomio. Palabras no dichas por Tarazona, pero que retumban en las últimas páginas de la novela.

Bibliografía:

Kafka, Franz (1978). La metamorfosis. México: Ediciones Nuevo Mar.

Tarazona, Daniela (2008). El animal sobre la piedra. México: Editorial Almadía.