Aconseja académico cómo emplear mejor dinero de prestaciones de fin de año
* “No existe en el mercado una inversión que te haga ganar más dinero que el que estás perdiendo con los intereses de las deudas”, aseguró el Dr. Benjamín Vallejo.
El año está por terminar y es justo este mes cuando la mayoría de trabajadores recibe aguinaldo, bonos, entre otras prestaciones, que incrementan su capacidad adquisitiva. Sin embargo, también es cierto que este diciembre la inflación casi llega al 8%, lo que representa un notable incremento en los productos. ¿Qué hacer ante esta situación? ¿Cómo administrar mejor los recursos?
El Dr. en Ciencias Económicas Benjamín Vallejo Jiménez, profesor-investigador de la Facultad de Economía de la Universidad de Economía, compartió algunas estrategias que podrían ayudar en la administración de estos recursos y así tener una mejor salud financiera para hacerle frente a la cuesta de enero.
El problema con el aguinaldo y la cuesta de enero, dijo, inicia varios meses antes, cuando las personas comienzan a tener la expectativa de que recibirán más dinero y se dedican a planear lo que harán con él; “la situación con las expectativas es que se sobredimensionan las cosas, nos ilusionamos e ilusionamos a la familia con ese dinero adicional; lo que no pensamos es que, con la inflación, cosas que pensamos comprar como los juguetes, electrónicos, electrodomésticos, son más caras y resulta que el dinero que recibimos no es suficiente para cumplir con nuestras expectativas”.
¿Qué hacemos ante esta situación? “Primero, mantener las expectativas controladas y utilizar de la forma más inteligente posible ese dinero”; esto es, del total del aguinaldo, destinar al menos el 20% para ahorro. Después, destinar un porcentaje para cubrir la deuda a corto plazo: “no existe en el mercado una inversión que te haga ganar más dinero que el que estás perdiendo con los intereses de las deudas que pudiéramos tener; los intereses de las tarjetas de crédito están alrededor del 50% anual, por ello, es importante cubrir las deudas a corto plazo”.
El tercer objetivo es cubrir las necesidades no prioritarias; es decir, las que tienen que ver con mantener el valor de la propiedad, como pintar la casa, hacer reparaciones, dar mantenimiento al vehículo, reparar algún aparato, “ya que las de supervivencia, como las de alimentación, se considera que se cubren con el salario”. Una vez que pasamos de cubrir estos gastos, “entonces sí, ya podemos destinar ese dinero para cubrir las expectativas e ilusiones, que son sanas, necesarias”.
Cuando se puede pasar de esos niveles, esto es, que el aguinaldo permite cubrir las necesidades básicas, “el ahorro, las deudas que te están costando dinero, el bienestar familiar y patrimonial y las expectativas que, podríamos decir, nos permite tener un estilo de vida más tranquilo, podemos tomar otras decisiones financieras que nos ayuden en un bienestar futuro, como sería invertir nuestro dinero”.
En este sentido, el investigador universitario compartió algunas herramientas financieras que permiten hacer crecer el dinero. Las inversiones no necesariamente, aclaró, tienen que ser de grandes cantidades de dinero; “de hecho, los ahorros podrían convertirse en esa inversión, siempre y cuando la herramienta permita disponer del dinero cuando se necesite”.
Lo ideal, enfatizó, “es que todo ahorro que tengas se esté invirtiendo, dado que los niveles de inflación son tan altos que no es sostenible tener en una cuenta corriente el saldo sin mover, pues el 10% de inflación anual implica una pérdida muy grande de dinero para quienes queremos tener dicho recurso quieto, pero eso no es sostenible”.
Él recomienda invertir en CETES; “son bonos gubernamentales en los que actualmente cualquier persona puede invertir; el rendimiento es seguro, el dinero no tiene que estar todo un año, puede ser por meses; incluso puedes pedir que se te haga un retiro de cuenta de banco para invertir en ese instrumento”.
Ahora, si se tiene un capital más fuerte, la banca múltiple como Bancomer, HSBC, Santander e Inbursa “tienen sistemas de inversión con los que ni siquiera hay que acceder a la banca patrimonial, pues en sus plataformas puedes acceder a ellos; entonces, esa parte del aguinaldo que podemos tener de ahorro, la podemos destinar a estas inversiones”.
Por último, Benjamín Vallejo dijo que las recomendaciones no aplican en su totalidad para todos, esto depende de los niveles de ingreso y de las necesidades de las personas; “no podemos recomendar a una persona con ingresos que apenas le permitan la supervivencia, invertir en determinados instrumentos, pero sí es importante que trate de mantener un ahorro por alguna situación extraordinaria que se le presente”.
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