Al Robot: Adopción del Cambio
Por Edgar Tercero.
Adopción del Cambio
El trabajo remoto no es para todos, una solución práctica ha sido el trabajar de forma híbrida, aunque no todos los sectores podrán hacerlo, además de que no tenemos la tecnología necesaria para realizar una cirugía a distancia, o al menos no todos los hospitales cuentan con ese presupuesto. Además de la construcción, limpieza entre otros.
Y otra variable que juega en contra es la centralización de las empresas, es común en México encontrar a las grandes empresas ubicadas en pocos estados, entre ellos la Ciudad de México lo que limita las oportunidades de empleo en otras regiones, o con sueldos muy por debajo de lo que se paga en la capital. Sin embargo, para aquellos que dominen algún otro idioma se abren la posibilidad del trabajo remoto, porque las empresas extranjeras que actualmente viven una recesión con un aumento inflacionario constante, les resulta más atractivo contratar mano de obra extranjera más económica, además de contar con los medios para que esto suceda.
Esto nos lleva a tomar decisiones, inclusive enfocar el aprendizaje en otras áreas como un idioma nuevo, para no limitarse a la oferta laboral, al final es decisión de cada uno, habrá quien decida trabajar todos los días en una oficina o dirigirse a una zona de trabajo, a acondicionar las casas para tener un ambiente de trabajo, así como de hogar.
Esto me lleva que, para la adopción del cambio en el trabajo, requiere de aceptar cambios en nuestra vida, pero dependerá del rumbo que se quiera seguir, aún en nuestro país no se generaliza el trabajo desde casa, ya sea por costumbre o la tecnología es costosa para adoptarla, sin embargo, me gustaría compartir algunas estrategias que podrán mejorar esta adopción, además de que resultará en una nueva oportunidad para generar empleos y movernos un paso más en la digitalización mundial.
1. Primero, reconozca que se está produciendo un cambio. No tiene sentido enterrar la cabeza en la arena. Hay que reconocer que el cambio es una parte inevitable y normal de la vida.
2. Evalúe su nivel de adaptabilidad (sí, su coeficiente de adaptabilidad (AQ) se puede medir, al igual que el coeficiente intelectual), luego busque formas prácticas de aumentar su flexibilidad. Por ejemplo, puede aceptar oportunidades que lo saquen de su zona de confort o intentar implementar pequeños cambios en su hogar o entorno laboral (como reorganizar su escritorio).
3. Reúna información. Cuando se enfrenta a un cambio, puede ser tentador pasar a la acción. Pero eso no siempre es un buen movimiento. En su lugar, toma un respiro. Haga preguntas y recopile información que le ayude a evaluar qué está cambiando exactamente, cómo está cambiando y por qué está cambiando. Trate de comprender la visión detrás del cambio y los primeros pasos concretos que deben darse.
4. Reconozca y reconozca sus sentimientos sobre el cambio, pero no permita que esos sentimientos dominen su reacción al cambio. Es normal desconfiar del cambio, pero desea responder desde un lugar de pensamiento considerado después de recopilar la información que necesita (según el paso 3).
5. No asumas lo peor, piensa en lo mejor. Trate de darle la vuelta a la narrativa y visualizar el mejor de los casos que resultará del cambio. ¿Cómo mejorará su trabajo o su vida? Porque sí, el cambio suele ser difícil, pero el cambio también puede ser una fuerza poderosa para el bien.
6. Busque formas (pequeñas) de controlar el cambio. Es posible que no esté en el asiento del conductor, pero probablemente habrá áreas en las que pueda ejercer cierto control. Podría, por ejemplo, planificar los pasos que personalmente necesita tomar como parte de este cambio más amplio. También puede trazar su propio cronograma para lograr ciertos hitos dentro del cronograma general de la organización.
7. Fíjese algunas metas de aprendizaje que lo ayudarán a navegar este cambio en particular. Por ejemplo, si asume nuevas responsabilidades, ¿qué cursos o libros le ayudarán a ganar confianza en ese rol?
8. Come el elefante un bocado a la vez. El viejo "¿Cómo te comes un elefante?" El adagio es útil cuando se trata de navegar por el cambio porque nos recuerda que no debemos dejarnos abrumar por el panorama general. Concéntrate en el primer paso y no pienses en el segundo hasta que hayas completado el primero. Y así sucesivamente.
9. Date tiempo. Cambiar hábitos y aprender nuevos comportamientos puede ser un proceso lento; de hecho, el tiempo promedio que lleva adoptar un nuevo hábito es de 66 días. Sé paciente y amable contigo mismo. En realidad, el número de días depende de que tanto se desee cambiar ese hábito, si existen razones de peso para hacerlo, inclusive podrían ser más días o por el contrario menor tiempo, pero debe ser algo que forme parte integral de su vida.
10. Manténgase conectado con sus compañeros de trabajo. Asegúrese de tener formas de comunicarse con otros en su equipo, especialmente si no están todos en el mismo lugar. Habla con tus compañeros de trabajo sobre el cambio que estás experimentando y cómo te hace sentir. ¿Cómo se sienten? ¿Cómo están navegando el cambio personalmente? Dicho esto, trate de buscar a aquellos que muestran constantemente una solución a los problemas, porque se puede llegar con situaciones complicadas, pero si no se ofrecen opciones de solución solo se incrementa la aversión al cambio. En estos casos es útil la creación de un documento con lecciones aprendidas en el trabajo, de esta forma sabremos tratar una situación similar en el futuro.
11. Toca tu propio tambor. Celebre las victorias grandes y pequeñas cada vez que pueda, incluso si es solo una palmadita mental en la espalda. Si puede, celebre con su equipo cuando logre objetivos comunes.
12. Reflexiona sobre tu resiliencia. Piénsalo: con cada meta alcanzada y cada cambio que realice, finalmente se está convirtiendo en una persona más fuerte, más sabia y adaptable.
Recordemos que lo anterior va acompañado de cambios en la forma de pensamiento, lo que lleva a generar una mejor adopción de las nuevas tecnologías como la creciente inteligencia artificial, inclusive la adopción de nuevas fuentes para generar energía que de poder a las máquinas que la utilizan.
“El cambio es bueno si se aprende de las situaciones vividas”
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