Aprende a protegerte naturalmente de las enfermedades respiratorias
* La ingesta de ciertos alimentos te puede ayudar a fortalecer tu sistema inmune para enfrentar las enfermedades de la época invernal.
Por la MNH Silvia Monserrat Rodríguez León/ MNC Delia Guadalupe Estrada Palafox, académicas de la Universidad Autónoma de Guadalajara (UAG)
Las enfermedades de las vías respiratorias incrementan considerablemente en la temporada invernal, por lo que existe la creencia que tomar suplementos mejora el sistema inmunológico para enfrentar dichas enfermedades. En el mercado existe una gran variedad de suplementos de vitaminas y minerales; sin embargo, en la mayoría de los casos es preferible el consumo de estos micronutrimentos de fuentes naturales.
La evidencia científica sugiere que se consuma una dieta variada en alimentos como frutas y verduras para asegurar el aporte de vitaminas y minerales y que, además, se prefiera el consumo de probióticos que son organismos que son beneficiosos para la salud de quienes los consumen.
Algunos de los beneficios de los probióticos son:
Modular el sistema inmune, ya que protegen al organismo frente a infecciones y procesos de inflamación crónica.
Alergias. Algunas cepas de probióticos pueden reducir la manifestación de síntomas de dermatitis atópica, rinoconjuntivitis y asma.
Infecciones respiratorias. Los lactobacillus pueden disminuir la severidad de los síntomas.
Los probióticos los podemos encontrar en alimentos como el kéfir, tofu, yogurt a base de búlgaros, vinagre de manzana y algunos otros productos fermentados.
Además, es importante mantener una ingestión de energía adecuada, ya que está demostrado que un exceso de consumo de calorías disminuye la capacidad del sistema inmunológico para combatir infecciones, por lo que las personas que presentan sobrepeso u obesidad pueden padecer mayor cantidad de enfermedades respiratorias durante la temporada.
Algunas recomendaciones que se sugieren para fortalecer el sistema inmunológico de manera natural son las siguientes:
Consumir una dieta variada en alimentos frescos fuentes de vitaminas y minerales.
Mejorar la higiene del sueño (7-8 horas de sueño por día)
Realizar actividad física mínimo 150 minutos a la semana
Realizar actividades de relajación para disminuir el estrés y evitar la producción del cortisol que impacta directamente al sistema inmunológico.
Mejorar progresivamente los hábitos de alimentación.
Consumir regularmente productos lácteos fermentados.
Antes de iniciar con algún suplemento, consulta a tu nutriólogo para establecer estrategias de alimentación que te ayuden a consumir las vitaminas de fuentes naturales.
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