Buscan nuevos horizontes para la literatura infantil y juvenil

* Intercambian experiencias en los títulos destinados para lectores de 0 a 101 años

El proceso de maduración que ha tenido el mercado del libro juvenil e infantil lo ha posicionado como uno de los principales motores del sector editorial español, donde además se goza de la riqueza de poder editar y distribuir en cuatro lenguas diferentes, como lo son el castellano, catalán, euskera y gallego, principalmente. A partir de su impacto como porcentaje creciente con respecto a la edición, la venta y en las acciones de promoción del sector del libro en España, se convocó a una mesa para evaluar el estado actual y tratar de vislumbrar el horizonte del sector, que tuvo lugar dentro de la agenda de profesionales en el pabellón del Invitado de Honor de la Feria Internacional del Libro en Guadalajara con el título “Momento actual de la literatura infantil y juvenil en España”, con la presencia de las editoras Gema Sirvent y Arianna Squilloni, junto con el librero Miguel Iglesias.

El público asistente fue recibido por el moderador de la mesa, Lluís Zendrera, integrante del Comité Ejecutivo de Organización Internacional para el Libro Juvenil (IBBY) y coordinador con IBBY América Latina y el Caribe, así como miembro del Jurado del Premio IBBY de Promoción de la Lectura y enlace IBBY para el Centro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc).

“La literatura infantil dice lo que ocurre en la sociedad. Es en el reflejo de ida y vuelta donde moderamos la realidad”, enfatizó Sirvent, quien desde Andalucía trabaja para dar visibilidad social al libro álbum y fomentar la lectura, además de sumarse al OEPLI-IBBY España (Organización Española para el Libro Infantil y Juvenil).

La relevancia y el interés de los editores españoles por trabajar en conjunto con ilustradores latinoamericanos fue uno de los puntos que se tocaron, así como “el respiro que tiene España con el canal de conexión que mantiene con América Latina, es maravilloso”, como hizo notar Arianna Squilloni, especializada en edición y gestión editorial asentada en Barcelona.

Desde el punto de vista actual, a juicio del librero de Navarra Miguel Iglesias, “la literatura infantil y juvenil, o de 0 a 101 años como sería ideal llamarle, vive un momento dorado en ventas, contando con redes de librerías especializadas y donde las librerías prestamos atención particular porque es una maravillosa cantera de lectores”.

Los participantes del espacio de diálogo coincidieron en señalar el nulo espacio que recibe el sector editorial para niños y jóvenes en los medios electrónicos, lo que queda como “asignatura pendiente”, como resumió Zendrera. Abundaron en tópicos como la importancia de que el ilustrador esté a la altura del autor y deben ir acompañados en una edición bien hecha, donde se cuiden todos los detalles. Igualmente, compartieron experiencias de utilización del libro álbum en acciones de impacto social muy relevantes como en visitas a clínicas de salud mental, donde al entrar en contacto con los ejemplares los pacientes adultos reaccionan y se abren a dialogar.

También se citaron iniciativas como son las presentaciones de títulos en las escuelas acompañados del rap o como herramienta en centros de acogida para niños y también adultos migrantes que no hablan el castellano, pero pueden entender la sencillez y potencia que ofrecen este tipo de libros.

A pregunta del público, en las respuestas de los ponentes también hubo coincidencia en matizar que los libros clásicos, particularmente los infantiles, no se deben tocar para “actualizarlos”, sino que se deben poner en su contexto histórico y para que sean herramientas para comprender el desarrollo de las infancias en otras épocas, porque finalmente son parte de nuestra historia.