Mucho gusto Ser Villano (a propósito de las fiestas de la Villa)
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Mucho gusto
Ser Villano
(a propósito de las fiestas de la Villa)
Algunos aman las fiestas de la Villa; otros las odian, algunas más las critican, otro tanto las disfrutan y, como sucede con todo, en esta viña del señor tenemos de todo y para todos/as.
He escrito en anteriores columnas sobre mi paso por esta vida, lo que he hecho, deshecho y demás. He comentado que inicié mi carrera universitaria en el bachillerato 16, sí, cuando las fiestas de la Villa se ponían al mero frente del bachillerato; una temporada, debo decirlo, me la pasaba en las terrazas y no entré a ninguna clase. Obviamente no concluí el bachillerato ahí, porque yo quería ser artista y entonces me fui al Cedart «jajajaja, justo frente al Cedart también se pone la feria, de Colima, pero a final de cuentas, feria, en fin».
Ante la pregunta de… De qué hablamos cuando hablamos de las cabalgatas. ¿De folclor, de tradición, de fiesta popular? ¿de ruidajo, de jinetes alcoholizados a mansalva, de gente que los mira y se fascina de su arrogancia, de gente que se entretiene, se divierte, baila y/o festeja? Y uno que otro despistado que se pregunta: ¿de qué hablamos cuando hablamos de las cabalgatas? Ante esto, a mí se me ocurre esta sencilla, pero larga respuesta
Yo creo que aquí entra de todo, sí folclor, sí tradiciones, sí fiesta popular, pero también, por ende entra el ruidajo, los jinetes «los que sí son jinetes jinetes, los que no y le hacen a la faramalla» y acá entra el que, de esos que nada más le hacen a la faramalla, están los que, posiblemente se pongan a pistear a malsalva y a buensalva «puede también que dentro de los que son jinetes jinetes, también haya por ahí dos que tres cuatro cinco seis que pos ya viendo pistear, pistean, total, es fiesta, es de pueblo, es folclor, es tradición» y toman y se les olvida que esto puede traer consecuencias negativas o positivas, como por ejemplo que los animalitos «me refiero a las caballos» pueden estresarse y actúen como animalitos, por instinto.
El que es jinete de a de veras sabrá cómo sortear al animal, el que es aficionado se le puede, esto, salir de control y ahí luego tenemos las consecuencias, repito, negativas a positivas, entonces todo esto, combinado, para algunos puede ser fascinante «a mí la verdad ni fu ni fa, no me hallo con estas tradiciones, con estas fiestas, con esta feria», pero a mi mujer le apasionan los caballos y de pronto le puede apasionar uno que otro jinete montado en esa bestia, que se ve arrogante, porque algo de arrogancia te debe dar ir montado en esa bestia y que todos te admiren y admiren a tu bestia y digan, «wow, mira ese caballo y mira ese jinete que bien se ven ambos», o pueden decir: «mira a esa jineta «que sí las hay, que le saben y que no le saben y que están chulas, porque también las hay, hay mucha jineta chula, como hay mucho jinete guapo, montados, ambos, en sendos caballazos», esto te debe dar cierra arrogancia, mucha, y entonces te dices, «me chingo una chela mientras voy montado, o un tequila o un algo «debo decir y aceptar que el calor también contribuye grandemente a que uno vaya echando, al cabo es folclor, es fiesta, de pueblo, es o se está convirtiendo en tradición y/o mejor, está permitido por las autoridades», exgobernadores lo hacen y dan la nota, el espectáculo, dan de qué hablar; y si ellos lo hacen yo por qué no, y así se entretiene uno, y de pasadita se entretiene la gente y admiran a nuestro caballo, nuestros atributos «seamos jinetes o jinetas», e insisto se diviertes o nos divertimos, y se pasada se divierte al pueblo que exige pan y circo desde los romanos, y ya entrados bailamos o bailas y con él o contigo baila el caballo y de paso festeja, porque es folclor, es fiesta, de pueblo, es tradición y está permito y además tienes o tenemos el caballo y tienes o tenemos los atributos «hay quienes no lo tienen claramente, pero ahí van, con el caballo prestado, el caballo que no conocen, que no saben cómo va a reaccionar ante otros caballos y, sobre todo, ante el trajín y vaivén de la ciudad, de los coches, de la gente que los ve y, que, viéndolos les puede pegar, ya sea por accidente o porque quieren o los quieren tocar, porque es impresionante ver a un caballo majestuoso cabalgar, bailar por el asfalto de nuestra ciudad» y si ese caballo trae consigo a un jinete o jineta chulo/a de bonito, pues nos alegra el ojo y nos alebresta los adentros y si él o ella va tomando… pues yo también tomo, porque hace calor y porque es folclor, es fiesta, de pueblo, es tradición y/o está permitido, y si las autoridades lo hacen, yo que soy un piojo o pioja resucitado pues no veo por qué no y ahí vamos a la tienda de conveniencia más cercana y compramos un algo, lo que sea, una chela, un tequila algo y nos divertimos, festejamos, bailamos y terminamos preguntándonos que de esto es de lo que hablamos cuando hablamos de las cabalgatas y nos olvidamos del tráfico que se genera, de que la gente que vive por allá, le sufre para llegar a sus casas a la hora que sale de su trabajo porque además es folclor, es fiesta, de pueblo, es tradición y está permitido, y ya estando ahí, no falta el o la que se pasa de listo, abusa, pone su música a todo volumen, tira su basura donde no la debe tirar «porque seguro en su casa no lo hacen o quién sabe» y todo concluye en que es folclor, es fiesta, de pueblo, es tradición y todo esto bien bonito y no he hablado de las consecuencias negativas o cuando un caballito se altera y no hay modo de calmarlo porque es más fuerte que uno, más grande que uno, más rápido que uno y sin rienda, peor. Y hay que esperar a que se calme y tomar nota de las consecuencias y/o destrozos que puede generar por estar en un lugar que no está preparado para recibirlo o sí, pero a veces actuamos, incluso los animalitos, de maneras extrañas...
Tampoco he hablado de cuando se nos suben las copas, los tragos y a la menor provocación, al menor roce con mi compañero de a lado, envalentonados por el trago, lanzamos primero voces, luego gritos, después manoteos, luego golpes y lo que resulte, porque igual que los animalitos, también, a veces, actuamos de maneras muy extrañas y ni vaqueros somos, es más, ni a ese equipo de futbol americano le vamos, pero ahí estamos, presentes en los festejos de la Villa, porque es tradición, es fiesta, es folclor y todo lo demás…
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