Un liberal de cepa en el gabinete indirista
Por: Carlos Ramiro Vargas.
Hace seis meses que la gobernadora Indira Vizcaíno nombró como su Secretario General de gobierno, al politólogo y ecologista de las tierras aridas, Eloy García Alcaraz.
Al momento de hacer oficial el nombramiento, la titular del poder ejecutivo, resaltó la “enorme experiencia” de García Alcaraz en cuestiones políticas de primer orden, en el ámbito de la esfera pública regional.
Y como no abundó mucho en este aspecto de la experiencia política del nuevo funcionario, vale la pena recordar que ya desde muy joven e incursionando en la política desde el polo cívico democrático, tras involucrarse de lleno en las grandes movilizaciones ciudadanas en contra de la candidatura a la gubernatura del entonces porro priísta de origen echeverrista, -con todo lo que ello implica-, Fernando Moreno Peña, a fines de los años noventa del siglo XX; evolucionó hasta convertirse en secretario de gobierno en la alcaldía de Colima, en dos ocasiones, con Enrique Michel Ruíz al frente, así como en los dos sucesivos gobiernos del panista Jesús Dueñas, en la conurbada ciudad de Villa de Álvarez.
En la primera década del siglo XX.
Mostrando una aguda capacidad de diálogo e inclusión, con todas las fuerzas y personalidades políticas, económicas y sociales, con las le tocó interactuar.
La gobernadora, Indira, omitió comentar que García Alcaraz ha tenido también, cargos relevantes en cuestiones de política ecológica a nivel federal, al frente de la delegación estatal de la Procuraduría Federal del Medio Ambiente, durante cerca de 10 años y también en la dirección de la delegación en Colima de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales, ya en el inicio del sexenio de la morenista, Indira Vizcaíno.
Aunque no sucede en todos los casos cuando una persona o figura política, cuenta con antepasados patriotas y liberal democráticos, en este caso, Eloy García Alcaraz es muy consciente de ser descendiente directo, tataranieto, del principal demiurgo de la batalla del Guayabo, desarrollada el hermano municipio de Tonila, hoy Jalisco, donde las guerrillas liberales y anti imperialistas colimenses derrotaron al ejército francés, comandados por el experimentado Coronel Berthelí, alías la Avispa, y un destacamento de 250 hombres enviados desde su comando regional en la ciudad de Guadalajara, quienes veían como una tarea fácil, llegar hasta Colima y hacer trizas a los patriotas colimenses.
Para así poder apoderarse del puerto de Manzanillo.
Y como estos temas tan relevantes para la historia regional, no se incluyen en los libros de historia de los educandos colimenses, vale la pena recordar a los amables lectores, las circunstancias geo políticas y militares en los que se suscitó la estratégica batalla del Guayabo, tras la cual, a los invasores imperialistas se les hizo imposible cruzar la barranca de Beltrán y el antiguo tramo del camino real de Colima, -que separa a Jalisco de Colima-, y con ello, acabar la resistencia armada juarista de las guerrillas patrióticas.
Recordemos entonces que tras la primera intervención francesa, suscitada entre 1838/39, se produjo la segunda versión de esta invasión entre 1862 y 1867, llevada a cabo por el más potente ejército del mundo, en ese momento; cuya justificación por parte del Segundo Imperio Francés, fue la deuda impagable de México con los acreedores europeos y galos, que decidieron cobrarse a lo chino apoderándose de todo nuestro país.
Más la gran traición de los conservadores de entonces, que optaron por tener un gobierno extranjero con el noble Maximiliano de Habsburgo a la cabeza, en lugar de Benito Juárez.
En tales circunstancias, el Coronel Julio García, tatarabuelo de Eloy, quien nació en Ameca, Jalisco, y quien ya había participado en la guerra de Reforma entre liberales y conservadores entre 1857 y 1861, donde obtuvo su bautismo de fuego bajo las órdenes del patriota jalisciense, Santos Degollado, así como en la batalla de Atenquique, y otras más, prolegómenos del Guayabo; fue comisionado por el General Pedro Ogazón para dirigir la decisiva batalla de Tonila, efectuada el 10 de noviembre de 1866, en la que chocaron frontalmente 150 guerrilleros mexicanos, contra 250 invasores franceses, cuyo batallón de ataque se componía de 100 militares galos más 150 apátridas conservadores, mexicanos.
Confiados en su poderío militar, los invasores franceses, bajo el mando del muy fogeado Coronel napoleónico, Berthelín, llegaron a Tonila, decididos a arrasar con la patriótica resistencia liberal, en la zona.
Analizando la situación, el Coronel Julio García, dándose cuenta de la imposibilidad de combatir frontalmente al poder de fuego y al equipo de los imperialistas, azuzados por el alto clero, los hacendados latifundistas y la elite militar del ejército conservador y reaccionario, mexicanos; optó por dividir sus tropas para en una magistral maniobra distractoria hacer creer al General Berthelín, que los guerrilleros liberales huían en estampida hacia el sur, es decir, hacia el estado de Colima, internándose en las profundidades de la barranca de Beltrán, con la mitad de sus fuerzas bajo las ordenes del Coronel, Ignacio Zepeda, mientras que con otros cincuenta guerrilleros el comandante en jefe, Coronel, Julio García, esperaban agazapados y protegidos por la espesura selvática de las inmediaciones de la barranca de Beltrán, a los invasores reaccionarios e imperialistas que abalanzándose contra los guerrilleros patriotas, no esperaban a las fuerzas del Coronel García, que aniquilaron a 70 imperialistas junto al despiadado Coronel Berthelín, -contra 40 bajas mexicanas-, provocando la rendición de los restantes con todo y su avituallamiento, armas y municiones.
Posteriormente, durante 1862, el Coronel, Julio García, fue nombrado gobernador de Colima; y en ese corto lapso, intentó anexionar al hoy territorio de Coalcomán en Michoacán, al estado de Colima.
Fue incorruptible, patriota, defensor de los pobres y humildes, y de las clases trabajadoras de la ciudad y del campo.
Murió retirado en, en 1876 en su hermosa y austera Hacienda de Trojes, hoy Michoacán, donde los gobiernos de Jalisco, Michoacán y Colima, le hicieron una sencilla estatua en su honor.
Sin olvidar que Eloy, como le llaman sus amigos, es un ecologista de hechos probados.
Aspecto sobre el cual, también puede aportar mucho en una materia primordial para nuestro país, y estado, en tiempos de acelerado cambio climático. Problemática descuidada por Morena a nivel nacional, y sobre todo, por estados como Jalisco, Michoacán y Colima, que en los últimos diez años han sufrido la destrucción de 300 mil hectáreas de selvas y bosques, para sembrar contra toda normativa ecológica, principalmente aguacate y agave, caña de azúcar y marihuana.
Todos los Derechos Reservados. Stockholm, Sweden. 04, 09, 2024.
Carlos Ramiro Vargas.
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